CON RELACIÓN AL TEXTO:
EL PROFESORADO ANTE LOS RETOS DEL SIGL0 XXI. REPERCUSIONES EN LAS POLITICAS E INSTITUCIONES EDUCATIVAS. DE Francisco Imbernón
Si bien es cierto que se hace necesaria una nueva vía en los modelos de educación vigentes, también es necesario encontrar el modelo de persona que se desea formar en las instituciones educativas. Porque si sólo se tratara, como dice Imbernón, de fortalecer lo cognitivo en los estudiantes y renovar las instituciones, no sería necesario hacer ningún cambio, y sería suficiente quedarnos con el modelo disciplinario de la educación conductivista o tradicional que tanto se critica en el mismo texto.
De lo que se trata es de fortalecer capacidades y competencias en los estudiantes, y no así, sólo “conocimiento escolar”. Pero además, se debe tomar en cuenta que ésas capacidades y competencias deben responder al tipo de persona que requiere el planeta. Y aquí encontramos una gran divergencia: Primero, se busca una persona altamente competitiva, que sepa aprovechar al máximo los recursos de la naturaleza y que pueda ser líder de su comunidad para encontrar el beneficio de una vida cómoda y exitosa. Segundo, se busca una persona solidaria que comparta sus necesidades con las necesidades del planeta, ya no hablamos de un alto grado de competitividad, sino de una persona con alto grado de responsabilidad con su propio contexto, y lo más importante, con la naturaleza. Son dos modelos totalmente contradictorios de personas, porque responden a dos modelos político-económicos totalmente diferentes. Es tan diferente como el comunismo y el capitalismo. Lastimosamente para quienes son dueños del planeta es mejor la primera opción y de seguro muchos quienes hablan de educación van por ese camino, incluyendo a Imbernón, porque él crítica “el conocimiento” que resulta de la educación, como si la parte afectiva y emocional de las personas no importaran.
La pregunta es, ¿qué tipo de personas se quiere formar con un cambio de la educación? Si personas que trabajen tal cual lo hacen en los países altamente “civilizados”, con pocas horas de descanso y con una capacidad dada a la servidumbre empresarial, o personas que compartan las necesidades del planeta con las suyas propias, y que puedan ser autónomas en sus decisiones. Podría contrargumetarse todas las posiciones ideológicas en todas sus dimensiones, pero no se puede contrargumentar la desigualdad de la educación vigente, una desigualdad que requiere más que la voluntad de los actores de la educación que requiere principalmente la voluntad de ceder de quienes no van ha ceder sus propios privilegios…
viernes, 29 de agosto de 2008
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